No se atisba un buen año para el sector micológico en la provincia. La falta de lluvias augura una producción media que podría reducirse hasta en un 97% con respecto al 2015, datos aún peores que los recogidos en 2016, cuando las cifras rozaron el 96,7% menos también por culpa de las escasas precipitaciones. Pese a que aún cabe esperar que septiembre y octubre ‘regalen’ agua suficiente a las dos unidades de gestión del aprovechamiento micológico reguladas bajo el programa Micocyl —Río Cea y Camino de Santiago en León— la situación se antoja preocupante por segundo año consecutivo para un sector que mueve anualmente alrededor de 12 millones de euros.
Un claro ejemplo de cómo se ha reducido la producción de setas la encabeza el boletus, cuya media de los últimos cinco años rondaba los 31 kilos recogidos por hectárea y que el año pasado apenas rozó el kilo por hectárea. Aún así desde el programa de Micología de Castilla y León —que depende de la Junta— son cautos. «Hasta mediados del mes de octubre se esperan lluvias para salvar este año», señalan.
Después de un verano con escasez de precipitaciones y elevadas temperaturas, las lluvias acumuladas durante la última semana de agosto —registradas en las estaciones meteorológicas de la Aemet en León— no fueron superiores a los 33 litros por metro cuadrado. «Este agua ha contribuido favorablemente a recuperar la humedad del suelo en algunos puntos, pero todavía serán necesarias más precipitaciones para mantener unas condiciones de humedad que garanticen una fructificación de forma generalizada este otoño», insisten.
Aún así, los expertos advierten de que la sequía y las altas temperaturas en verano no tienen por qué afectar negativamente a la producción de setas durante el otoño, siempre que las lluvias lleguen en el momento y la cantidad adecuada. De hecho es necesario un contraste térmico o hídrico para desencadenar la fructificación de setas, es decir, «una rehidratación significativa del terreno después de una sequía y un choque térmico (bajada de temperaturas)», subrayan. La unidad de gestión Camino de Santiago en León ocupa una superficie de 5.300 hectáreas y se ubica principalmente en el término municipal de Santa Colomba de Somoza. Por su parte, en el área oriental de la provincia se encuentra el parque micológico Río Cea, que se extiende a lo largo de casi 25.000 hectáreas de zonas forestales de los términos municipales de Almanza, Cebanico, Prioro, Boca de Huérgano, Valderrueda y Villazando de Valderaduey.
Como confirman desde Micocyl, la producción no sólo depende de las precipitaciones sino de otros factores como pueden ser los tipos de bosque y las especies fúngicas que se consideren. «Si atendemos a la anterior publicación Manual para la gestión del recurso micológico en Castilla y León se estima una producción potencial en los montes de León de 4.390 toneladas de setas comestibles, incluyendo más de 20 especies o grupos de especies comestibles de interés socioeconómico». Esta producción potencial representa el 14% del total de la comunidad autónoma.
Fuente: Diario de León