Cuando pensamos en Australia siempre se nos vienen a la cabeza los canguros y los koalas. Parte fundamental de la dieta de muchos de estos marsupiales es el eucalipto, el árbol por excelencia de Australia. Pues bien, no es difícil que cuando se producen lluvias por las antípodas se encuentre a sus pies una seta descomunal: Phlebopus marginatus o seta salmón. Este hongo clasificado inicialmente por Berkley en 1845 como Boletus y posteriormente reclasificado a su familia actual crece en bosques de eucalipto (Eucalyptus salmonophloia) de Indonesia, Malasia, Sri Lanka y sobretodo en Australia occidental y adquiere el nombre de Seta salmón de su relación micorrícica con el árbol salmón, como llaman allí al eucalipto por sus colores rojizos asalmonados. Aparece en grandes corros o aislado y la característica más destacable es su gran tamaño, habiendo encontrado y documentado en Victoria (Sur de Australia) un ejemplar de 29 kg y un metro de diámetro. Como casi todas las especies del género Boletus, no se libra de las larvas que al parecer pueblan rápidamente la seta y producen una rápida descomposición que lo hacen prácticamente incomestible. Aunque ya de por sí parece ser que está clasificado como un comestible mediocre. Eso sí, parece que fue un elemento importante en la dieta de los pueblos indígenas de la zona tiempo atrás.