Con las lluvias caídas durante la segunda semana de agosto en la zona del Pirineo catalán ha llegado la primera aparición importante de setas en las cotas altas de la Cerdanya. Después de más de un mes subiendo a inspeccionar los bosques por fin se han dejado ver.
Lo cierto es que en salidas previas pude encontrar algunos rebozuelos en zonas donde se mantenía la humedad del rocío y, para mi sorpresa, me tropecé con un níscalo despistado a principios de agosto. Faltaba mucha agua.
Tras una semana y un frente de precipitaciones se ha conseguido una buena cosecha, si bien aún están empezando a salir, el bosque ya da muestras de actividad con la aparición abundante de russulas y alguna amanita. Otro signo del inicio de temporada es el aumento de la cantidad de gente que sube al Pirineo aprovechando las vacaciones, hasta ahora desaparecida.
Daba el día ya por terminado, pero llegó la guinda. Casi no me lo creía, en la tierra removida por las raíces de un árbol caído había una joven Sparassis crispa. Es por esta sorpresa final que me he decidido a hacer mi primera aportación describiendo el inicio de temporada!
La cesta se fue llenando de rebozuelos, no demasiado grandes, todos ellos encontrados en zonas conocidas, ninguna brotada extraordinaria. Tenía la esperanza de encontrar los primeros hongos de estas cotas. Cuando me daba por vencido, después de andar un buen rato y con el sol poniéndose, ahí estaba, en una pista forestal de vuelta al coche, un Boletus pinicola majestuoso.


Autor: Josep Merlo.