La palabra líquen deriva del latín lichen, término que se introdujo en tiempos de Teofrasto. La Asociación Internacional de Liquenología (IAL) define a éste grupo de organismos como «una asociación estable de un hongo y un simbionte fotosintético del que resulta un talo estable con una estructura específica«.
Desde el punto de vista de la taxonomía, los líquenes no constituyen un grupo natural sino biológico; y se los clasifica dentro del reino FUNGI. En efecto, los líquenes son hongos (en su mayoría Ascomycetes), que se asocian con algas (Cloroficeas y Cianoficeas).
En ésta asociación los hongos son los encargados de conformar generalmente la estructura del talo o cuerpo vegetativo del líquen, y las algas o fotobiontes, son los constituyentes fotosintetizadores. (Clorofilas y Cianofitas)
Esta asociación simbiótica es de carácter excepcional en la naturaleza, se distingue porque sus componentes pueden reconocerse mutuamente e interactuar en la biosíntesis de sustancias exclusivas a la simbiosis.
La ventaja para el hongo es que recibe los productos fotosintéticos finales del alga (glúcidos simples). La ventaja para el alga podría ser el abastecimiento del agua y el CO2 de la respiración del hongo.