Con la mayoría de seteros disfrutando del periplo vacacional, los montes permanecen a la espera de recibir la lluvia necesaria que permita dar comienzo a la temporada de setas de otoño.
Pero el estar de vacaciones no equivale a olvidarse de nuestra pasión setera, pendientes tenemos la reposición de la cesta y de la navaja, así que ahora es el momento de repasar todo el material que necesitamos para nuestras salidas recolectoras.
El clima y las setas
Estamos con un clima algo alocado. Julio ha sido un mes casi nulo en precipitaciones en la mayoría de regiones, salvo el norte donde han sido generosas y copiosas. Agosto, que si bajan temperaturas, que si suben, que llueve, que no llueve, …., ya no se sabe con certeza lo que nos depara en los próximos días el clima.
Vamos, todo un indicio que el otoño anda cerca. Andamos echando las cábalas para ver si nos cuadran las pocas lluvias de algunas zonas seteras. De forma casi diaria se observan pluviómetros que nos “chiven” donde cayó una tormenta aislada. Intentando averiguar cuál será la primera zona a la que acudiremos a recolectar. Queriendo predecir la gran incógnita que todo setero se plantea llegados estos tiempos, ¿será buena o no la temporada setas de otoño?

¿Dónde salen las primeras setas de otoño?
Predecir con exactitud el lugar preciso donde se va a producir la primera florada es todo un reto que los mejores seteros se apresuran en superar. Dicen que el que pega primero pega dos veces, y así es, no hay nada más apasionante, y que dispare tanto los niveles de adrenalina en sangre, como llegar el primero a una florada de setas.
Claro, sería perder el tiempo en pensar que va a ser cerquita de casa, salvo si resides en una de esas privilegiadas zonas de riqueza micológica. Pero para ir afinando un poco la puntería, vamos a dar unas premisas a la hora de intentar dar con esas zonas primerizas.
Lo primero claro está, es que haya llovido lo suficiente para que fructifiquen los hongos. Lo segundo, zonas donde la temperatura diurna no sea muy elevada, y además tenga baja temperatura nocturna. El shock de este tipo de oscilaciones térmicas es ideal para estimular el despertar de los micelios que estén lo suficientemente hidratados.
Así, que las zonas de alta montaña son las ideales para ir a buscar los primeros hongos del otoño. Hacerlo en cotas bajas es casi asegurar “el porrazo” de no ver ni una seta en todo el recorrido. Las orientaciones también son importantes, está claro, que las zonas más protegidas son las más sombrías, que suelen ser las caras norte de los montes, así como barranqueras, riveras de ríos y arroyos o humedales de alta montaña.

¿Cuáles son las primeras setas de otoño en salir?
Hay que saber que muchas especies fructifican en diferentes estaciones del año, así que no se pueden considerar exclusivamente de otoño. Hablamos por ejemplo del rebozuelo (Cantharellus cibarius) o el Pinícola (Boletus pinophilus), el primero podemos hallarlo en las 4 estaciones del año, si las condiciones le son favorables para ello. El pinícola es típico de primavera y de otoño, en unas zonas más de primavera y en otros más de otoño.
Pero las setas que fructifican con mayor intensidad en otoño, y también de las más buscadas, son el níscalo (Lactarius deliciosus) y el boleto (Boletus edulis). Ambas setas suelen fructificar en otoño, siendo la primera en aparecer el boleto.
Con apenas unas buenas tormentas a finales de verano se activan los micelios del Boletus edulis. En apenas 15 o 20 días comienzan a asomar los primordios, y en cuestión de 5 o 6 días comienza la plena florada del micelio. El níscalo, por su parte, es un poco más “corredor de fondo”. Es decir, necesita llover sobre mojado, que le caigan un par de tormentas o tres, separadas unos 10-15 días entre ellas. Si esto sucede, tienes que acudir a los pinares de alta montaña que conozcas para intentar localizar la florada, que suele ser entre 30-45 días desde la primera tormenta interesante.

Revisa tu material setero
Todo esto no valdrá si no tienes puesto a punto todo tu material setero. Hay que validar antes de salir el estado de nuestras herramientas para la recolección de setas y hongos silvestres.
No hacerlo puede ser el causante de estar sufriendo los primeros días de recolección. La cesta está pidiendo ya la renovación, y la navaja setera que perdiste la has reemplazo por un cuchillo de punta que está lastimando los hongos cuando los recolectas.
Es bueno ir repasando las especies silvestres más deseadas. Es el momento ideal para tirar de nuestra guía completa de setas para seguir profundizando en nuestro continuo aprendizaje micológico.
