Se ha producido una intoxicación colectiva presuntamente durante un almuerzo en el seno de una familia en un pueblo al sureste de Australia. Han fallecido tres personas y otra se encuentra grave a la espera de un trasplante hepático. La principal hipótesis, según las autoridades y la policía australiana, es que haya sido una intoxicación premeditada con una especie exótica en Australia como el hongo de la muerte (Amanita phalloides).

La persona supuesta responsable es cuñada y nuera de los fallecidos. Pero no se puede descartar que se deba a un error de identificación de las setas hasta que la policía tengan los datos de las pruebas forenses. Se deben estudiar todas las pruebas y esperar a que testifique el marido de la cuñada, que se encuentra grave a la espera de un trasplante hepático.

Episodio de intoxicación por setas

En la pequeña localidad australiana de Leogantha, perteneciente al estado de Victoria, el pasado 29 de julio de 2023 una mujer separada con dos hijos invitaba a tomar un pastel de Wellington con carne y setas a sus exsuegros, la hermana de su exsuegro y su marido.

Al cabo de unas horas de la ingesta los cuatro adultos invitados cominzaron a tener problemas gastrointestinales, hecho por el que se les acerca al hospital más cercano de Victoria. En un principio todo aparentaba que se trataba de una simple gastroenteritis, pero realizarle las pruebas oportunas en el hospital observaron que la intoxicación era más grave de lo que parecía. Fueron trasladados de urgencia al hospital de Melbourne, para ofrecerles la mejor asistencia sanitaria posible.

Al transcurrir una semana de la ingesta sus exsuegros y la hermana de su exsuegro fallecieron, mientras que el marido de la hermana del exsuegro permanece grave a la espera de un trasplante de hígado. Las autoridades australianas creen que se trata de una intoxicación ciclopeptídica o faloidiana, producida presuntamente por consumo del hongo de la muerte (Amanita phalloides).

Los hijos de la mujer no sufrieron intoxicación alguna por lo que se supone que consumieron un almuerzo diferente. Se desconoce si la mujer consumió lo mismo que los demás adultos, aunque todo parece a apuntar que no. Una de las principales hipótesis que baraja la policía de Victoria es que la intoxicación fuera realizada de forma premeditada por la mujer y que ella no consumiera lo mismo.

Las sospechas de la policía terminaron en un registro en la casa de la supuesta intoxicadora, donde recogieron muestras y objetos para buscar pruebas forenses. De momento, no se puede asegurar que la mujer sea culpable hasta que tomen declaración al testigo vivo y se obtengan resultados de las pruebas forenses, por lo que no se puede descartar una intoxicación por confusión con setas comestibles.

El hongo de la muerte tiene una volva en forma de saco blanquecina caracteristica (Foto Javier Marcos)

Descripción y ecología de la presunta especie causante de la intoxicación en Australia

Nombres vulgares: Deathcap mushroom (hongo de la muerte).

Descripción

Sombrero: De 6 a 12 cm de diámetro, de subgloboso en estadio de huevo a plano convexo con la edad. Cutícula lisa, brillante, de color verde amarillento, a veces blanquecina decorada con fibrillas radiales. Margen no estriado.

Láminas: Libres, apretadas, blanquecinas.

Pie: De 5-12 x 1–2 cm, subcilíndrico, bulboso en la base, blanquecino, con fibrillas en zigzag verdosas.

Anillo: Súpero, membranoso, persistente, blanquecino y estriado en la parte superior, amarillo verdoso en la inferior.

Volva: Sacciforme, membranosa, envolvente, blanquecina.

Carne: Delicada, blanquecina, verdosa bajo la cutícula. Olor y sabor agradables.

Ecología del hongo de la muerte

Es una especie exótica en Australia, localizada por primera vez en 1961 en Camberra, posteriormente ha sido observada por todo el sureste de Australia en numerosos pueblos y ciudades de las regiones de Australia del Sur (Adelaida), de Nuevo Gales del Sur (Camberra) y de Victoria (Melbourne) e incluso en islas próximas como Nueva Zelanda. Probablemente llegó introducida con la importación de árboles ornamentales del hemisferio norte, generalmente diversas especies de robles (Quercus spp.). Por tanto, fructifica durante el otoño y principios de invierno en zonas urbanas de parques y jardines con suelos ácidos. No se descarta que se pueda asociar a especies autóctonas como eucaliptos (Eucalyptus spp.), ya que se ha confirmado su presencia en algunos eucaliptales africanos.

Los ejemplares del hongo de la muerte (Amanita phalloides) pueden variar de coloraciones más o menos verdosas a blanquecinas (Foto Javier Marcos)

Principales confusiones del hongo de la muerte en Australia

– Los champiñones (Agaricus spp.):

Los champiñones son un grupo de especies donde algunas especies son comestibles y apreciadas por los aficionados. Es una de las setas más habituales de confundir en Australia y en el resto del mundo. Algunos de ellos comparten ecología y época de aparición en las zonas urbanas de Australia, lo que aumenta la probabilidad de confusión.

Se diferencian porque presentan las láminas blanquecinas con tonos rosáceos que se vuelven negruzcas con la edad. El pie es blanquecino y decorado con un anillo pero sin volva sacciforme en la base. Fructifican en praderas, pastizales y zonas herbosas de parques y jardines, con presencia o no de arbolado, dependiendo de la especie.

Los champiñones como este Agaricus essetei no presentan volva y tiene láminas rosáceas que se vuelven negras. (Foto Javier Marcos)

– El hongo de la muerte australiano (Amanita austrophalloides):

El hongo de la muerte australiano es una especie autóctona de Australia considerada potencialmente mortal, descrita por el micólogo australiano Alec Wood en 1997 en base a una colección con aspecto muy similar a Amanita phalloides, recolectada en Nuevo Gales del Sur asociada a bosques de especies autóctonas como Allocasuarina distyla y Casuarina glauca, fuera de zonas urbanas.

– El hongo de la muerte veteado (Amanita marmorata):

El hongo de la muerte veteado es una especie autóctona de Australia potencialmente mortal, que se diferencia porque presenta la cutícula blanquecina sin tonos verdosos decorada con fibrillas innatas muy evidentes de color grisáceo que le dan un aspecto veteado característico, el pie blanquecino en ocasiones con fibrillas en zigzag de color grisáceo sin tonos verdosos, el anillo similar pero con la parte inferior blanquecina, que fructifica en otoño y principios de invierno asociada a bosque de árboles autóctonos como la aracuaria (Aracauria spp.), la casuarina (Casuarina spp.)., el eucalipto (Eucalyptus spp.) y la melaleuca (Melaleuca spp.) fuera de zonas urbanas.

– El hongo de la muerte de color ratón salvaje (Amanita murinaster):

El hongo de la muerte de color ratón salvaje es una especie autóctona de Australia potencialmente mortal, que se diferencia porque presenta la cutícula de color gris ratón, el pie blanquecino sin fibrillas en zigzag, que fructifica en otoño y principios de invierno asociada a bosques de frondosas autóctonas con presencia de eucaliptos fuera de zonas urbanas.

– El hongo de la muerte de color ratón australiano (Amanita neomurina):

El hongo de la muerte de color ratón australiano es una especie autóctona de Australia potencialmente mortal, que se diferencia porque presenta la cutícula de color gris ratón con el margen estriado, el pie blanquecino sin fibrillas en zigzag, que fructifica en otoño y principios de invierno asociada a bosques de frondosas autóctonas fuera de zonas urbanas en suelos ácidos.

– El falso champiñón (Leucoagaricus leucothites):

El falso champiñón es una especie autóctona en Australia, considerada comestible, que se diferencia por la cutícula blanquecina lisa sin fibrillas radiales innatas sin tonalidades verdosas, las láminas blancas con reflejos rosáceos con la edad, el pie blanquecino sin fibrillas en zigzag decorado con un anillo blanco y móvil, ensanchado en la base y sin volva, que fructifica en zonas herbosas de parques y jardines urbanos sin necesidad de árboles cerca.

El falso champiñón (Leucoagaricus leucothites) no presenta volva. (Foto Javier Marcos)

– La falsa seta de la paja (Volvopluteus gloiocephalus):

La falsa seta de la paja es una especie comestible mediocre, autóctona en Australia, muy apreciada por asiáticos que la consumen habitualmente confundida con la seta de la paja (Volvariella volvacea), por lo que se han reportado varios casos de confusión con el hongo de la muerte a inmigrantes asiáticos residentes en Camberra y en Nueva Zelanda. Casos similares se han producido en Europa (incluido en España) y en América (EE.UU.) de esta confusión por inmigrantes asiáticos. Además, es frecuente encontrar ambas especies compartiendo ecología y épocas de aparición en zonas urbanas, lo que supone un gran peligro para los aficionados a las setas.

Se diferencian poque la falsa seta de la paja presenta la cutícula pardo grisácea sin tonos verde oliváceos, las láminas blanquecinas que se vuelven rosáceas con la edad, el pie blanquecino sin fibrillas en zigzag y sin anillo, aunque la volva similar en forma de saco blanquecina y el olor rafanoide distintivo. Fructifica en otoño y finales de invierno en zonas muy nitrificadas de parques y jardines, praderas, pastizales y márgenes de caminos en zonas con bastante actividad humana, sin necesidad de presencia de arbolado.

La falsa seta de la paja (Volvopluteus gloicephalus) no presenta anillo (Foto Javier Marcos)

Principales síntomas de una intoxicación por el hongo de la muerte

El hongo de la muerte debido a su alto contenido en numerosas toxinas como las falotoxinas, las virotoxinas y las amatoxinas es responsable del síndrome ciclopeptídico o faloidiano, que presenta un periodo de incubación largo superior a 6 horas posteriores a la ingesta, tras el cual aparecen los primeros síntomas. En la evolución clínica se pueden diferencias 3 fases:

1.- Fase gastrointestinal:

Se inicia 1 o 2 días posteriores a la ingesta, con una duración aproximada de 12 a 36 horas. Se inicia de forma súbita con una gastroenteritis aguda con nauseas, vómitos, dolor abdominal y diarreas profusas. En casos de deshidratación se producen desequilibrios electrolíticos, shock hipovolémico, calambres musculares, taquicardias, hipotensión, hipoglucemia, hipotasemia, insuficiencia renal aguda que puede ocasionar en casos más graves la muerte por colapso cardiovascular.

2.- Fase de aparente mejoría:

Durante esta fase que dura 1 o 2 días, el paciente se encuentra clínicamente sin ningún síntoma de intoxicación, pero en los análisis de sangre se observa un aumento de algunas enzimas como las aminotransferasas, como la alanina aminotransferasa (ALT) y la aspartato aminotransferasa (AST) y un descenso de protrombina y del factor V que indican el comienzo del deterioro del hígado.

3.- Fase hepatorrenal:

Durante esta fase se observan signos de lesión celular como el aumento de la bilirrubina, lactato deshidrogenasa (LDH), aminotransferasas (AST y ALT). Aparecen signos de insuficiencia hepática debido a necrosis del hígado como el aumento de urea en plasma, disminución de la glucemia (hipoglucemia) y encefalopatía y de daño renal con el aumento de las creatininas. Sin el tratamiento adecuado en los casos más graves se produce un fallo hepatorrenal que provoca la muerte entre 6 a 16 días posteriores a la ingesta. En cambio, en algunos pacientes desarrollan una hepatitis crónica que puede generar una insuficiencia hepática terminal, por lo que en muchos casos se hace necesario un trasplante hepático. En casos más leves con el tratamiento adecuado algunos pacientes recuperan completamente su función hepática y renal.

Tratamiento de una intoxicación por el hongo de la muerte

La gravedad de la intoxicación depende fundamentalmente de la cantidad ingerida, del estado de salud y de la precocidad de la instauración del tratamiento. Para ello es importante que los intoxicados acudan lo más rápido posible al hospital, y que inmediatamente se comiencen con los protocolos de diagnóstico micológico (interrogatorio, investigación del hongo causante, técnica de recolecta y transporte, aspectos culinarios) y las pruebas para detectar amanitinas en el hongo o fragmentos de hongos procedentes de vómitos o portados por el intoxicado o familiares como la prueba de Wieland-Meissner o el test de Gerault.

Son pruebas que se pueden prácticamente realizar en cualquier centro de salud pero dan numerosos falsos positivos y falsos negativos. Las pruebas para la detección de amanitinas más recomendable es el test ELISA comercial para amanitinas en la orina (Amanitin ELISA, Bühlmann Laboratories AG CH-4124 Schönenbuch/Basel, Suiza) o la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) en la orina, en el plasma o en el suero, que por desgracia no están disponibles en todos los hospitales y centros de salud.

El tratamiento mas recomendado consiste en la reposición electrolítica mediante una hidratación por vía parenteral para evitar la deshidratación y favorecer la eliminación de las amotoxinas a través de la orina durante las primeras horas tras la ingesta. También es necesario la aplicación de fármacos para la detoxificación y protección del hígado como el carbón activado y de sorbitol combinado en algunos casos con una sonda gastroduodenal para reducir la absorción de toxinas por la circulación enterohepática.

Además, es necesario el uso de bloqueantes de la entrada de las toxinas en el hígado como la silibinina, la penicilina G o N-acetil cisteína. Para reducir el aumento de amonio en el plasma sanguíneo se realiza generalmente hemodiálisis o plasmaféresis con el objetivo de disminuir además la encefalopatía hepática.

En algunos casos de diagnóstico inicial en ingestiones muy recientes se puede realizar una descongestión gastrointestinal mediante la inducción del vómito o el lavado gástrico, no siendo recomendado para el resto de casos.

Dado la escasa formación micológica en los centros hospitalarios la mayoría de intoxicaciones graves con afectación hepática son atribuidas al hongo de la muerte, aunque algunos casos pueden haber sido producido por otras especies que ocasionan síntomas similares de los géneros Amanita, Conocybe, Galerina o Lepiota.

Por ejemplo, en el caso de Australia también podría tratarse de una intoxicación producida por Amanita austrophalloides, Amanita marmorata, Amanita murinaster y Amanita neomurina entre otros. A modo de curiosidad, las amanitinas se han utilizado de forma experimental con éxito para el tratamiento de diversos tipos de tumores, lo cual resulta un poco contradictorio: “Una seta que mata, que puede salvar vidas”.

Bibliografía:

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Prensa:

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