El mercado local de la ‘Estación de Mora‘ es el mayor canal de comercialización de la trufa negra en la provincia de Teruel. Se celebra todos los sábados entre el 15 de noviembre y el 15 de marzo y es el lugar donde los truficultores venden a los mayoristas el producto recolectado durante la semana. En el pasado mercado, celebrado el último sábado de enero, el precio del ‘diamante negro‘ se disparó hasta los 750 euros el kilo y desde la Asociación de Truficultores de Teruel lo achacan principalmente a la escasez de oferta.
La nieve acumulada en los campos de Gúdar-Javalambre tras el temporal dificultó durante un par de semanas la ‘caza de la trufa’ en una comarca que aglutina casi el 70% de las hectáreas dedicadas en Aragón al cultivo de este preciado hongo. Los truficultores no pudieron salir en su búsqueda y al mercado de la estación de Mora de Rubielos llegó menos cantidad de la esperada justo en la época de mayor demanda.
Si en noviembre las primeras trufas se comercializaban por entre 150 y 200 euros el kilo, el sábado pasado el precio alcanzó el primer pico de la temporada y llegó hasta los 750. Durante la de 2015-2016 fue para Navidad cuando se registraron los mayores precios en el concurrido mercado turolense. Entonces los mayoristas llegaron a pagar en Mora de Rubielos hasta 850 euros por cada kilo de ‘tuber melanosporum‘, la variedad de trufa que ha encontrado en los pedregosos y calizos suelos de Teruel el mejor lugar donde crecer.
Desde la Asociación de Truficultores señalan que esta vez no ha sido así. Para Navidad los precios mantuvieron la senda habitual de crecimiento, en consonancia con las mejoras en cuanto a calidad y maduración que obtiene tradicionalmente el producto en el transcurso de la temporada. Hasta que llegó el temporal y los campos se hicieron intransitables para los truficultores y sus perros.
A cambio, productores y mayoristas esperan esta semana la llegada al mercado de una gran cantidad de trufa. Según explican, la joya de Teruel habrá permanecido intacta bajo tierra al abrigo de las miles de carrascas que visten los campos de la comarca. De modo que a los truficultores les estará cundiendo la semana y los precios podrían moderarse.
Fuente: El Heraldo