Frente al calor de la chimenea, escenario idílico para celebrar San Valentín en pareja e iniciar un fin de semana mágico y especial con la trufa negra como principal protagonista. Así comenzamos estas Jornadas, recibiendo a los asistentes en el salón principal de la Hospedería Ballesteros, a tan solo 10 minutos de la ciudad de Cuenca. Después de conocernos y compartir una agradable conversación con la lumbre de fondo, era el momento de cenar y descansar, nos esperaba un sábado cargado de emociones.

Amanece el día bajo una niebla espesa que nos regala imágenes de ensueño. Tras el desayuno y desplazamiento al monte, la niebla se alzó por completo y pudimos disfrutar de una estupenda mañana para la búsqueda de trufas. Nos encontramos en un terreno particular con zonas de Tuber melanosporum y algunos hipogeos como Tuber rufum, Tuber excavatum o Genea verrucosa entre otros. La Serranía de Cuenca guarda un gran tesoro bajo sus bosques de robles y encinas, su tierra y climatología hacen de esta comarca un lugar ideal para el desarrollo de la Tuber melanosporum.
En el campo nos reunimos con Paco y Pepe, buenos truferos de la provincia, y por supuesto, sus magníficos perros entrenados para la búsqueda de hipogeos. Junto a ellos y siempre acompañados por los guías de Cesta y Setas, comienza la jornada de búsqueda y aprendizaje en el monte, tratando en profundidad el mundo de la trufa y compartiendo experiencias durante la marcha. Pudimos analizar su hábitat natural, desarrollo del hongo, mantenimiento de los terrenos, o las prácticas adecuadas para su búsqueda y recolección. Nuestras caras tenían una sonrisa y gesto de alegría constante con la aparición de cada ejemplar de Tuber melanosporum, todos disfrutamos de su recolección y posterior cata de la trufa recién cogida.
Después del paseo matinal, nos esperaba el menú preparado para la ocasión en la Hospedería de Ballesteros. Tostas con trufa, huevos trufados, rissotto de setas con trufa y un estupendo cordero asado para terminar. Merecido reposo y continuamos a media tarde con la visita guiada a la fábrica de cervezas artesanales Tormo. No podía faltar la cata de las diferentes cervezas que realizan, y una magnífica explicación del proceso para cada una de ellas.
Tras la cena llega el momento mágico de este fin de semana. El Mago Albert deleitó a los asistentes y todos los presentes con un espectáculo para recordar. Magia, ilusión y caras de asombro para ir a descansar, nos queda el domingo…
Comenzamos la mañana visitando el Monumento Natural Palancares y Tierra Muerta, uno de los conjuntos kársticos más importantes de España, con un número de torcas y dolinas que supera la veintena, además de simas, sumideros, lapiaces y un enclave privilegiado para todos los amantes de la botánica. Allí mismo, disfrutamos de un buen almuerzo con trufa, vinos y embutidos de la zona, para posteriormente desplazarnos a la plantación trufera del compañero Ismael (MarianaNatura), que junto con Jesús y sus perros participamos en la búsqueda y recolección de la trufa negra en cultivo. Pudimos hablar con detalle de cómo realizar un cultivo de Tuber melanosporum, requisitos del terreno para llevarlo a cabo, mantenimiento del mismo, y observar en primera persona todo lo comentado, viendo el desarrollo del cultivo con encinas y robles de entre dos y ocho años. Otra mañana completa que acabaría con un buen festín en el restaurante Casa Pepe, urbanización de Cañada Molina. Es ahí cuando llegaría el momento más duro para todos, después de pasar un estupendo fin de semana en compañía de grandes personas, había llegado la despedida. Nos fuimos con buen sabor de boca y aroma a trufa de la serranía conquense, conociendo magníficas personas, y disfrutando muchísimo de unos días mágicos.
Gracias a toda la gente que ha hecho posible vivir esta experiencia con el equipo de Cesta y Setas, ¡nos vemos en la próxima!

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