Hace una semanas saltábamos de alegría con las copiosas lluvias que nos dejaban valores pluviométricos excelentes para la aparición de setas, y así fue como contamos. El problema es que en verano disfrutamos de muchas horas de sol al día y encima se nos ha echado encima una ola de calor, el resultado ha sido nefasto. Las brotadas han quedado reducidas a ceniza y la humedad del suelo ha desaparecido por completo.

Cantharellus cibarius

Hoy por hoy es muy difícil de hablar de algún sitio en la Península donde haya algo destacable a nivel de setas, posiblemente los lugares más frescos de Pirineos y Picos de Europa dejen reductos para la aparición de algunos boletus y rebozuelos en una medida destacable. Los rebozuelos que aparecen por estas épocas en los pinares de Soria o Teruel se han paralizado, los primeros Boletus edulis del Pirineo catalán que se cogieron hace semanas han desaparecido y las setas de prado han sido fulminadas.

No obstantes somos positivos y creemos que con el agua recibida en el mes de Junio los micelios andan «inflados» esperando las primeras lluvias veraniegas, para eso aún queda, pero vendrán.

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