Se acaba la temporada de trufa, algo que nos entristece a todos los amantes de este preciado manjar. Por ello, pensamos que debíamos hacerle un buen homenaje, y no hay mejor manera de despedir la campaña que reuniéndose para disfrutar de un día dedicado a la trufa negra, en plena serranía de Cuenca: 1er Trufiencuentro Cesta y Setas.

El pasado sábado 3 de marzo, nos reunimos todos en el restaurante Casa Abilio, para dar comienzo al I Trufiencuentro en Mariana (Cuenca). Se intercambiaron las primeras impresiones sobre la trufa y como se comportaría el tiempo a lo largo del día, cuestión que no resultó ningún problema, nos hizo una mañana estupenda para disfrutar de las salidas al cultivo y al campo. Agradable conversación entre asistentes, truferos y guías micológicos de Cesta y Setas, que más tarde harían la introducción a la jornada y al mundo de la trufa, con el fin de descubrir todos sus secretos a lo largo del día.

De ahí nos dirigimos al cultivo de Tuber melanosporum de Ismael y Jesús (Mariana Natura), buenos truferos de la provincia, que junto a sus magníficos perros entrenados nos deleitaron con una gran demostración de búsqueda de trufa, pudiendo recoger algunos ejemplares de gran tamaño y calidad. Allí mismo, tratamos detenidamente el proceso para realizar una plantación de Tuber melanosporum o Tuber aestivum, viendo el desarrollo de la misma con encinas y robles de diferente edad.

A continuación nos dirigimos al corazón de la Serranía de Cuenca, donde los compañeros truferos trabajan y mantienen un coto silvestre de este hongo tan valorado. Llegó la hora del merecido almuerzo para reponer fuerzas, con productos típicos de la zona, y por supuesto, tostadas de trufa negra, ya podíamos continuar con la marcha. Una salida al campo para recordar, donde recorrimos el hábitat natural de la trufa, logrando recolectar hasta tres especies diferentes de hipogeos, entre ellas, el gran tesoro que guardan los bosques conquenses de robles y encinas: Tuber melanosporum. Paisajes de ensueño, paseo agradable, acompañado de conversaciones muy amenas, y profundizando durante toda la mañana en la principal protagonista del día, hablando sobre su desarrollo, recolección, visitando cultivo y hábitat… Era el momento de ir a comer, y descubrir sus propiedades en la cocina.

Llegamos al restaurante La Laguna, en Uña (Cuenca), donde rematamos la mañana con un aperitivo entre anécdotas y experiencias de monte. Con la mesa preparada, empiezan a salir los huevos trufados con patatas panaderas, unas excelentes judías con chorizo que no pueden faltar en la serranía, y para terminar la caldereta de cordero con trufa. Excelente comida para un día de invierno, en pleno Parque Natural de la Serranía de Cuenca.

El postre resultó un buen momento para el reparto de regalos a todos los asistentes, y agradecimiento general a todos los que habéis hecho posible disfrutar de un día tan completo.

Llegaba la despedida, donde poco a poco abrazos y gestos de cariño se alejaban a destinos diferentes, con un sentir común, vivir otra experiencia con Cesta y Setas, y… ¡seguro que pronto nos vemos! Nos vemos en Ultzama con los marzuelos 🙂

 

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